Aunque la mayoría de filósofos que estudiamos en la escuela y el instituto son occidentales, sobre todo europeos, desde Sócrates a Descartes, de Platón a Marx, también hay algunos ilustres ejemplos de pensadores y filósofos orientales cuya influencia ha ido mucho más de su propia cultura y nos ha alcanzado de lleno. Es posible que de entre todos ellos, el más popular sea Confucio, nacido en el siglo VI a.C. en China, y cuyas doctrinas se reunificaron dentro de una teoría del pensamiento llamada Confucionismo, que marcó para siempre la manera que tenían los orientales de entender la vida y el mundo por completo.
Confucio ha sido seguramente el más influyente de los filósofos chinos, y su figura sigue siendo hoy en día reverenciada, porque también influyó desde hace unos siglos en los pensadores europeos. Tenía una forma muy diferente de ver el mundo, algo que se nota en la propia sociedad y la cultura asiática, que tiene poco que ver con la europea o la occidental, aunque eso también se está perdiendo cada vez más con la globalización que hace que todo sea mucho más homogéneo. Confucio marcó un hito en la filosofía oriental y es por eso necesario ahondar más en su figura y entender porqué seguimos hablando de él hoy en día,
Infancia de Confucio
Aunque nació en el seno de una familia relativamente rica, la muerte de su padre a los tres años sumió al clan en la pobreza. Aun así, se preocuparon por darle al joven Confucio una educación que le permitiera acceder a una vida mejor. De hecho, comenzó a trabajar siendo muy joven dentro de la administración del Estado de Lu, la región en la que vivía. Su buen hacer le permitió llegar a puestos altos en la jerarquía, llegando a ser incluso Ministro de Justicia. De esta manera, Confucio alcanzó una posición respetable, aunque la abandonaría tiempo después por desavenencias con las políticas del príncipe. Habiendo recibido una influencia muy clara del primer ministro Zi Zhaan en cuanto a leyes, y con un escepticismo evidente en la religión, a los cincuenta años Confucio comenzó a enseñar.
En qué consistía su doctrina
Existen numerosos textos que nos han llegado hasta nuestros días, no tanto del propio Confucio pero sí de sus seguidores, en los que podemos encontrar mucha información sobre la doctrina que el filósofo seguía. Se basaba en los fuertes lazos familiares para crear vínculos poderosos, en la adoración de los antepasados, la importancia del saber y la educación, para todas las clases y estratos sociales… La doctrina viene recogida en las Anacletas, que son un conjunto de consejos, discursos y discusiones que el sabio llevó a cabo en sus años de enseñanza, y que ha supuesto una base importantísima para la tradición oriental, especialmente la china, en cuanto a su propia base cultural.
Su importancia para China
Algunos colocan la importancia del pensamiento de Confucio en China a la altura de la importancia de la Biblia para Occidente. Se trata no de un texto religioso, pero si de sabiduría popular y cultural que supuso una buena base sobre la que asentar el poder de China tras su unificación en el siglo II, tiempo después de la muerte de Confucio, cuando sus seguidores ya se habían hecho más fuertes e importantes. Desde ese momento, el confucionismo se convirtió en la primera tradición filosófica de Oriente, alcanzando una expansión absolutamente imparable que llegaría a otros puntos de Asia gracias al poder que China tenía en aquel momento. Es parte intrínseca de su cultura y su tradición, así que su importancia es absoluta en el país asiático.
Las obras más destacadas
Como ya hemos comentado anteriormente, la base del confucionismo, la doctrina que propugno el propio Confucio en sus últimos años de vida, se encuentra en las Anacletas, que son un conjunto de discursos, discusiones y divagaciones que el maestro solía tener con sus alumnos. En este sentido, los confucionistas también buscaron otras obras que sirvieran como base a su propia doctrina, y así es como se escogen los Cuatro Libros, que son un corpus de manuscritos antiguos que sirven como parte de introducción al confucionismo, aunque no fueron escritos por el propio filósofo. Son útiles, eso sí, para introducirse en su filosofía y entenderle mucho mejor una vez que le leamos directamente. Las obras de Confucio se reducen a estas, ya que solía dar clases magistrales habladas, algo muy habitual en aquellos tiempos.
Muerte de Confucio
Al haber estado metido de lleno en la jerarquía gubernamental, Confucio se pasó buena parte de su vida buscando al regente ideal, a aquel político que fuera capaz de gobernar de la mejor forma posible no para su propio beneficio, sino para el de todos en general. Después de que su búsqueda resultara infructuosa, y totalmente desengañado, volvió a su tierra natal para escribir comentarios sobre autores clásicos en sus últimos años de vida. Murió en el 479 a.C. a los 72 años de edad, y fue enterrado Qufu, en un lugar considerado hoy en día como Patrimonio de la Humanidad por la importancia de la propia tumba de este filósofo tan importante e influyente en la filosofía china y oriental.