Cine de verano, una experiencia inolvidable

La pandemia del Covid-19 ha parado en seco nuestra vida por varios meses. Por culpa de este virus, que está dejando cientos de miles de muertos en todo el mundo, hemos tenido que quedarnos en casa durante varias semanas, sin poder salir a correr, sin poder hacer deporte, ni ir al gimnasio, salir de copas o ir al bar. También se han terminado por un tiempo los grandes espectáculos, como los conciertos o las sesiones de cine. De hecho, los partidos de fútbol se han retomado en estas últimas semanas, pero sin público, para evitar aglomeraciones innecesarias. También han vuelto a abrir las salas de cine, con muchas restricciones de acceso y unas medidas de seguridad notables, precisamente para evitar nuevos rebrotes.

Son muchos los que estaban deseando acudir al cine de nuevo, porque a pesar de que la mayoría de grandes estrenos se han paralizado o retrasado por culpa del cierro de las salas, el propio ritual de sentarnos en la butaca con la bebida y la palomitas y dejarnos llevar durante un par de horas con una película en gran formato ya que es algo que muchos deseaban hacer. Ante la incertidumbre que había por la posible reapertura de las salas, muchas distribuidoras han decidido desempolvar una vieja idea muy habitual en décadas anteriores, y que ha logrado sobrevivir en pequeños pueblos, sobre todo de costa. Estamos hablando de los cines de verano, una experiencia totalmente diferente a la hora de ver películas, que seguramente vuelva a ponerse de moda este año, por las circunstancias actuales.

Qué es un cine de verano

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Los cines de verano son lugares donde se proyectan películas al aire libre, habitualmente filmes que ya se han estrenado anteriormente, y que ya no están en cartelera. Este tipo de cines suelen ser muy habituales durante el periodo estival en ciudades de la costa, pero también en interior, y tienen una importantísima connotación social, ya que se entienden más como una reunión de vecinos y amigos que como una sencilla sesión como estamos acostumbrados a ir a las salas actuales. Los cines de verano cuentan también con su propio ambigú para comprar comida y bebida, y suelen ubicarse en grandes plazas. La proyección se lleva a cabo sobre una pantalla plegable, y las butacas son normalmente sillas menos cómodas pero igualmente útiles para este tipo de sesiones. De hecho, a veces incluso son los propios espectadores los que traen sus sillas, su comida y todo lo demás a las sesiones, que son muy económicas e incluso gratuitas.

 

Cine de verano en Madrid

Ya adelantábamos que los cines de verano son  una costumbre muy popular en las ciudades con costa, ya que se suelen habilitar en la época donde el turismo llena estas poblaciones. Sin embargo, las grandes capitales de interior también cuentan con este tipo de entretenimientos durante el verano. En Madrid podemos contar varios cines de al aire libre durante estos meses centrales del año, como el Cine Matadero, uno de los más importantes, que lleva ya muchos años ofreciendo una cartelera estival a los madrileños, o el Autocine Madrid Race, una novedad para este año, que recupera la esencia de los míticos autocines para ir con el coche. Casi cada barrio de Madrid, desde Malasaña a Conde Duque, cuentan con sus propios cines de verano, con ciclos y festivales especiales de terror, comedia o cine infantil.

 

Cine de verano en Sevilla

Otra de las ciudades que se ha apuntado a esta moda en los últimos años ha sido Sevilla. La capital andaluza, conocida por sus altísimas temperaturas en verano, ofrece también diferentes opciones para el periodo estival, con cines al aire libre espectaculares, como el que se pone en el Patio de la Diputación, con capacidad para cientos de personas, o el cine de verano en las terrazas del Centro Comercial Zona Este, que cuenta también con salas tradicionales en su interior. Encontramos también este tipo de cines en diferentes parques y plazas de la capital, como el Parque del Alamillo, o incluso en otros edificios oficiales, como el del CICUS, relacionado con la Universidad, y que ofrece ciclos muy interesantes durante el verano.

 

Cine de verano en Canarias

Las Canarias son un auténtico paraíso donde podemos disfrutar del sol, la playa, el mar y la gastronomía prácticamente durante todo el año. Lo bueno de estar en un clima como el suyo es que el verano, lejos de ser tan extremo como en otras ciudades de la península, es mucho más suave, y las noches son perfectas para poder sentarnos al aire libre a ver una buena película. Son muchos los cines de verano repartidos por las siete islas que conforman el archipiélago, y los encontramos tanto en grandes capitales como Las Palmas o Tenerife, como en pequeñas poblaciones de islas como Lanzarote o La Gomera. Algunos de ellos están ubicados junto al mar, lo que les dota de una magia aún más especial.

 

Cine de verano en casa ¿es sencillo montar uno?

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La otra opción para poder disfrutar del cine de verano es tomar nosotros mismos el proyector y crear uno en casa. Lo podemos hacer también con una televisión normal, pero claro, ya no será lo mismo. Hoy por hoy, un proyector de buena calidad y con la suficiente potencia para enviar buenas imágenes en buenas dimensiones puede costar unos 300-400 euros, así que no es un gasto tan grande. Como pantalla podemos comprar una de las enrollables, o incluso utilizar una sábana clara que tengamos en casa, siempre que la calidad del proyector y su potencia sean adecuadas. Será tan fácil como sacar el proyector unido a un ordenador, para proyectar la película en el jardín o en el patio, y hacer disfrutar así a toda la familia en una noche fresca de verano.

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