A lo largo de la Historia de España, muchos han sido los artistas que, naciendo en otros lugares, han terminado afincándose en nuestro país al conocer sus tradiciones, enamorarse de su arte, su cultura y su gastronomía, o disfrutar de los lugares de ensueño que pueblan la península. Tal vez habiendo nacido en España no seamos capaces de ver todo lo que este país supone para el que viene de fuera, pero basta echar un vistazo a las insignes personalidades que durante muchos siglos quedaron prendadas de nuestra cultura, desde Washingtoin Irving hasta os más modernos Joe Strummer o Norman Foster. Especialmente querida por los músicos, artistas actuales de fama internacional como Sharon Corr, Shakira o James Rhodes han decidido hacer de nuestro país su residencia habitual, ya sea en Barcelona, Madrid, Mallorca o Granada, lugares que normalmente tienen poico que ver con aquellos donde nacieron y crecieron.
Esto, que todavía a día de hoy nos parece algo exótico y llamativo, es en realidad bastante habitual si nos fijamos en la historia de nuestro país. Sin ir más lejos, varios músicos clásicos también decidieron pasar aquí buena parte de su vida, incluyendo los años de mayor producción musical. El caso que traemos hoy es el del genial compositor y violonchelista Luigi Boccherini, uno de los músicos más virtuosos de su tiempo, que acabó recalando en nuestro país durante la segunda mitad de su vida, enamorándose y casándose aquí, donde tuvo a todos sus hijos y donde creo la mayor parte de su obra más conocida. Tal vez Boccherini no sea tan popular como otros autores italianos, y no llegue al nivel de Vivaldi, Verdi o Tartani, pero su influencia en la música instrumental de finales del siglo XVIII le convierte en una figura de indudable talento, que además disfrutó de muy buenos años viviendo en nuestro país, principalmente en Madrid, donde solía servir de compositor y director de orquesta para nobles y príncipes.